Sin duda es un paso hacia
adelante en su carrera profesional, Once Caldas no es considerado un grande del
fútbol profesional colombiano pero ha sido campeón de Copa Libertadores, su
hinchada no es de las más representativas del país pero son exigentes en gustos
futbolísticos, sus dirigentes no son los más generosos pero siempre esperan más
de lo que dan…
Hubert Bodhert acaba de
embarcarse en una empresa complicada que pondrá una vez más a prueba su recia
capacidad anímica para soportar momentos difíciles, virtud o suerte que lo ha
curtido de una especie de coraza como plus para desarrollar su trabajo…
Cuando inicie la Liga Águila
2018, Once Caldas estará a solo tres puntos del descenso, situación que lo
obligará a comenzar con el pie derecho sea cual fuere el rival que le
corresponda, la presión del resultado se posará en su hombro y necesitará de
decisiones “súper-acertadas” para sacársela de encima
El Hubert que conozco es un
profesional capaz, trabajador, de discurso claro y frentero, aferrado a su fe
cristiana como motor motivacional, aunque joven con una relativa experiencia en
el cargo, y en proceso de consolidar su identidad de combinar fútbol bien
jugado con resultados
Ganar, golear y gustar es el
sueño de todo hincha, diría que es el clímax de este bello deporte, pero para
llegar allá se necesita tiempo, trabajo, material humano, disposición y apoyo,
ojalá el cuarto poder manizalita esté de su lado…
Este duro desafío será tal vez
la oportunidad de su vida, la que lo hará entrar definitivamente al “ranking” de
los grandes técnicos colombianos, Dios permita que sea así…
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