Por Eduardo Yayo Hernández
Escuché al entrenador del Medellín antes del primer
duelo ante Millonarios, como es su costumbre, se hace celebre porque habla para
pensar no al contrario, como debe ser.
Entonces entre él y su asistente, Edgar Carvajal,
elaboraron esta “magnifica forma de jugar”: revoleo, pelotazo, pelota quieta
(la mayoría por error contrario) y el ayúdanos Dios mío.
No creo que se necesite de mucha erudición para poner
en escena este juego feo del Medellín. Y no me imagino a un entrenador de
futbol metido en un laboratorio trabajando con sus diez elementos más comunes:
la balanza, la centrífuga, la caja preti, los tubos de ensayo, las pipetas, las
probetas, el vaso de precipitado, matraz erlenmeyer, la piseta, el mortero y
los filtros para atrincherar a un equipo atrás, esperando a que el rival se
equivoque, y en ataque jugando a lo que salga y al puede ser.
No “Bolillo”, no nos creas tan giles. Ese toque-toque
no le dio resultado, no por no tener los jugadores adecuados. El problema fue
que usted pensó y sigue pensando que el fútbol, se quedo en los años 80s. El
futbol evolucionó, esos toques en campo propio había que trasladarlos a
territorio ajeno, imprimirle velocidad a la circulación de la pelota, no jugar
a ritmo “moncallesco” (caminando), jugar a lo ancho y ser profundo. Acabar con
tanto repliegue y montar líneas de presión más arriba. El tiki-tiki no falló,
el fallo es suyo por no actualizarse.
Y mi estimado profesor “bolillo” la actualización
viene de la investigación, leer, si se puede viajar y si alcanza, hablar porque
no, otro idioma. La preparación nunca esta demás.- Le sugiero
que acuñe este escrito a su vida: “vive el hoy como si fuera el último día de
tu vida y prepárate como si fueses a vivir toda la vida”.
“Bolillo” le dijo a este periodista que el fútbol se
aprende únicamente en la cancha. Que para que leer mil libros, para que viajar
a Europa, que esto tampoco es de saber hablar siete idiomas. Que todas las
preguntas y las respuestas del juego, se encuentran en los campos de
entrenamientos o en las canchas oficiales ¿para quién sería ese dardo?
Yo no creo Sr. Gómez, que si un hijo suyo lee mucho,
usted lo castigue quitándole la mesada; o, si por el contrario, su hijo es
poliglota usted le reviente la “jeta”.
Suena como un buen consejo para los pendejos. Este el
consejo de un “sabio” que no fue, ni será, a que desde el empirismo puro se
puede ser tan triunfador, como lo ha sido el “gran bolillo” Gómez.- No crean en
eso, a veces lo que viene envuelto en papel perfumado, no es oro, es mierda.
El pasado es historia…
El futuro es un misterio…
Y este momento es un regalo…
Permiso…
El futuro es un misterio…
Y este momento es un regalo…
Permiso…
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