sábado, 28 de junio de 2014

¡Vamos mi país!, ¡Vamos Colombia!

Por Robega



Y se llegó el día…, el día esperado, el día que ofrecerá una nueva oportunidad para marcar otro momento histórico en el fútbol de nuestro país, tenemos un buen equipo, un equipo en el que podemos depositar sin reservas toda nuestra confianza, el país entero confía también en la sabiduría y  buen manejo del profesor José Néstor Pekerman…

Hemos llegado a estas instancias con todos los méritos, demostrando capacidad,  talento, seguridad, seriedad, madurez, profesionalismo…, tenemos el reconocimiento del mundo del fútbol, nuestros jugadores son destacados por gran parte de los más entendidos, somos favoritos, y con el favor de Dios hoy debemos confirmar el buen momento que vivimos…

Sabemos que el reto no será fácil, enfrentaremos una selección cuya mayor fortaleza es la “garra charrúa” como históricamente se le conoce a esa fuerza anímica interior colectiva que exponen los uruguayos en cada compromiso, sobre todo cuando se enfunden la celeste…, pero eso no los hace invencibles…

Los uruguayos están heridos en su amor propio por lo que ellos consideran la injusta sanción a su máxima figura el delantero Luis Suárez, y sentencian que por eso su rebeldía será mayor en este partido, pero… ¿Qué culpa tenemos nosotros de eso?, ¿acaso nuestra selección representa a la FIFA?

Sin embargo pienso que la mayor y más valiosa virtud del hombre es la inteligencia, y si la aplicamos estratégicamente podemos sacar buen provecho de ella, por eso creo que nuestra selección debe acentuar sus valores diferenciales sobre su rival, hasta convertir la tal “garra charrúa” en un arma de doble filo para ellos…

A raíz del “caso Suárez” he visto salir de sus casillas hasta al mismo Oscar Washington Tabarez a quien llaman “el maestro”, señor del que tenía mis mejores conceptos por su paciencia y sapiencia para manejar situaciones extremas, pero en esta oportunidad hemos visto como ha “pelado el cobre”.


Si esta reacción la ha exteriorizado el que “supuestamente” maneja la cordura en nuestro rival, estemos preparados para lo de sus dirigidos y ¡ojo!, no podemos responder igual… 

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