lunes, 15 de julio de 2019

“El Clásico de la Honestidad”


Por Robega




Luego de algún tiempo de estar lejos de nuestro fútbol aficionado, volví ayer para observar el juego entre Academia de Crespo (a mi juicio la mejor escuela de fútbol hoy por hoy de Cartagena) y Real Cartagena, en la categoría sub 15 del Campeonato Nacional organizado por la Difútbol




Confieso que tuve innumerables satisfacciones al ver hecha realidad lo que algún día vaticiné, con relación al salto de calidad que significó la remodelación del Estadio de San Fernando, en el sentido que no solo iba a provocar el crecimiento futbolístico de nuestros niños y jóvenes, sino que iba a movilizar todas las estructuras alrededor del deporte que nos apasiona




No alcanzaba a posicionarme en el puesto cuando escuchaba con claridad, buen ritmo y fundamentos futbolísticos la narración del juego por parte del novel: Roberto José Arteaga, aparejado de criteriosos comentarios, nada más y nada menos de nuestro dilecto amigo: José Luis Fierro Sánchez, que luego vi, no solo transmitía el audio del juego sino las imágenes a través del Facebook live



La buena asistencia en las gradas y el excelente comportamiento, enmarcaban otro ingrediente satisfactorio del espectáculo que protagonizaban académicos y heroicos, en el cual, el resultado pasaba a segundo plano, dado el atractivo que generaba el notable nivel físico y técnico-táctico, de cada uno de los jugadores y sus equipos

A raíz del replanteamiento estratégico en los planes de la dirigencia de Real Cartagena, éste año decidieron apostar a fortalecer sus divisiones menores, contratando gran parte de los más aventajados técnicos de nuestro medio, hecho que deja ver ya sus valiosos resultados

Como dije antes que el resultado pasaba a un segundo plano, así que solo me quiero referir a todo lo bueno que nos brindó el magnífico espectáculo por su entrega y calidad futbolística, especialmente por el aspecto que sirve de título a la presente nota

Fue un partido intenso de principio a fin, exhibiendo la rica calidad técnica de la gran mayoría de los chicos, con mucho orden y sentido colectivo, pero lo que más me llamó la atención fue la honestidad de estos pelaos para darle continuidad y brillantez al juego

Acostumbrado uno a ver en nuestro fútbol tanta “marrullería”, donde los “profesionales” se esmeran por sacar ventaja de lo mínimo así sea en detrimento del espectáculo, y ver que estos muchachos ponían todo de su parte para no interrumpir el juego, es algo digno de admirar

No puedo pasar el buen comportamiento arbitral que poco se notó estando solo en las jugadas precisas

Definitivamente el Estadio San Fernando se ha convertido en el mayor semillero de futbolistas, entrenadores, dirigentes, árbitros, periodistas especializados, y hasta espectadores que engrandecen este bello deporte.






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